Habitar el arte: explorando el Estudio de Nijolė Šivickas
Nijolė Šivickas creó un archivo personal y artístico dentro de su hogar. La disposición de estos elementos da la impresión de que la artista regresará en cualquier momento: desde un taller con herramientas, piezas de cerámica sin quemar y cables colgados en la pared, hasta paredes llenas de obras en la sala y un letrero que dice ‘Estudio’ al frente de su casa. Nacida en Kėdainiai, Lituania, y nacionalizada colombiana, Šivickas falleció en 2018 dejando un legado artístico y un archivo personal significativos.
Su casa funciona como una constante exhibición de sus obras, ofreciendo al visitante la oportunidad de conocer a la artista reservada que vivió allí. En este espacio, los límites entre vida, arte, cotidianidad y muerte, característicos de su obra, se desdibujan.
La casa de Nijolė Šivickas se ha convertido en un lugar especial, no solo porque guarda el recuerdo de la artista y una gran cantidad de sus obras y reflexiones, sino porque refleja cómo ella entendía su vida. La sala de su casa funciona como una galería con una exhibición permanente curada por la propia artista, mientras que su taller parece esperarla de vuelta. Pedazos de cerámica sin quemar y materiales de trabajo ordenados como los dejó la última vez crean la sensación de su presencia. Los límites entre vida y muerte no parecen aplicar en este espacio, ya que Nijolė Šivickas experimentaba en su arte para expresar sus emociones más profundas, generando una constante ambigüedad entre su obra y su vida.
Dentro del archivo que Nijolė Šivickas dejó, encontramos fragmentos de reflexiones donde la artista habla de sus esculturas como entes vivos y describe cada creación como un ejercicio mental y físico que la llevaba a la introspección. Su proceso artístico implicaba una profunda mirada interior, habitando sus emociones y vivencias a través de la creación artística, lo que difuminaba los límites entre su vida personal y su trabajo. El hecho de que su taller estuviera dentro de su casa, donde pasaba la mayor parte de su tiempo, subraya lo personal y entrelazado de su arte. Esta fusión entre vida y arte es evidente en obras como «Insomnio espiritual», donde la vida de Šivickas y su familia se convierte en arte. En esta obra, objetos cotidianos de la artista se mezclan con una nostalgia y un afán de coleccionismo de su familia, incluyendo dientes de leche, mechones de pelo y ojos turcos de sus nietas. La obra de Nijolė Šivickas es un reflejo de su vida, su familia y sus sentimientos profundos y complejos.
Explorar el archivo personal de Nijolė Šivickas permite comprender su visión de la vida y el arte. A pesar de su afirmación: «Ahora, aquí, espero que le den más importancia a mis trabajos que a mi raquítica hoja de vida,» su obra es ineludiblemente personal. Para Šivickas, sus esculturas eran entes videntes, y nunca las abandonaba, reflejando la sensibilidad con la que las creaba. Su taller no era solo un espacio de trabajo o creatividad, sino un lugar de creación profunda. Esta dimensión emocional sigue presente en su taller, sus obras y su legado artístico. La exhibición inmersiva de su casa y taller en el MAMBO refleja la carga emocional de cada escultura y espacio habitado por Šivickas. La intensa presencia de la artista en cada rincón de su casa, incluso en las reconstrucciones del Museo, es palpable. Cada centímetro de su arte está impregnado de su esencia, transmitiendo su presencia a quien lo contempla. De esta manera, Šivickas no solo habitó su arte profundamente, sino que también ha logrado que cada visitante habite el arte con ella.
Sofía Gómez
Redacción MAMBO