El MAMBO como plataforma de reconocimiento del arte colombiano: una mirada desde el archivo
El MAMBO como plataforma de reconocimiento del arte colombiano
Esta sección se presenta como parte del proyecto de investigación Futuros digitales y prácticas en museos, que invita a explorar las prácticas museísticas contemporáneas, con un enfoque particular en el uso de herramientas digitales.
Previo al trabajo que está realizando el Centro de investigación, el archivo no había recibido la atención necesaria, por lo que los esfuerzos de preservación y digitalización son fundamentales para resguardar un material con tanta importancia histórica. El archivo está organizado en orden alfabético, y sigue tres ejes de clasificación: el primero y el más común, carpetas que llevan el nombre de artistas; el segundo, carpetas curatoriales de exposiciones realizadas en el MAMBO (ej. Arte y política, 1974 o Afiches chinos, 1978); y por último, carpetas de otras exposiciones de arte moderno a lo largo del continente (Premio Argentina en el Museo Nacional de Bellas Artes en Buenos Aires, 1978).
Artículo por: Juanita Bayona
El MAMBO como plataforma de reconocimiento del arte colombiano: una mirada desde el archivo
El 20 de noviembre de 1962 se abrió al público el Museo de Arte Moderno de Bogotá y fue nombrada Marta Traba como su primera directora, reconocida crítica de arte y una de las historiadoras del arte más reconocidas en el siglo XX en Colombia. El interés que tuvo Traba a lo largo de su carrera por reconocer el arte nuevo colombiano [1] fue una semilla que dejó sembrada en el Museo. En su labor como docente de la Universidad de los Andes reconoció el potencial de la nueva generación de artistas, por su aula pasaron Luis Caballero, Beatriz González, Luciano Jaramillo, Juan Antonio Roda y muchos otros a los cuales más tarde les abriría un espacio dentro del MAMBO, y en general a otros reconocidos artistas como Bernardo Salcedo, Enrique Grau, Jim Amaral y Olga Ceballos de Amaral.
Poco después de su nombramiento Marta Traba es expulsada del país por el DAS, debido a diferencias políticas, y si bien el exilio no terminó sucediendo debido a la cantidad de defensores de Traba, ella tomó la decisión personal de irse del país en 1969 [2], dejando el espacio para que Eduardo Serrano tomara esta labor, quien hasta el momento se movía principalmente en galerías privadas, y en 1974 fue nombrado como curador del Museo. Con el tiempo los artistas promovidos por Traba fueron adquiriendo un amplio reconocimiento y eran los grandes protagonistas de la escena artística, lo que preocupaba a las nuevas generaciones de artistas ante la monopolización de los espacios culturales. Ante esto, Serrano empezó a incluir nuevos artistas con inclinaciones más conceptuales y experimentales, lo que fue determinante para la formación y la renovación del “Arte contemporáneo y conceptual colombiano.”
La preocupación de Serrano por diversificar la escena empezó desde antes de ser nombrado curador del Museo, y aprovechó las invitaciones que le hacía Gloria Zea para instaurar una serie de ciclos expositivos especialmente dedicados a los nuevos talentos colombianos: Nombres nuevos en el arte de Colombia (1972), y el Salón atenas (1973-1984).
Desde el Centro de investigación nos adentramos en el archivo para descubrir un poco más de estos dos espacios auspiciados por el MAMBO:
Nombres nuevos en el arte de Colombia
Portada y contraportada del catálogo de la exposición en 1972.
.
En marzo de 1972 un grupo de 12 artistas “nuevos” expuso en el MAMBO, entre ellos Edgar Alvarez, Ever Astudillo, Antonio Caro, Miguel Antonio Castillo, Maria de la Paz Jaramillo, Oscar Muñoz, Hector Fabio Oviedo, Carlos Padilla, Jorge Posada Morris, Miguel Ángel Rojas, Juan Camilo Uribe y Hans Wienand Payan [3]. Todos ellos eran colombianos con carreras aún poco reconocidas en ese momento. Aunque ya habían participado en algunas exposiciones colectivas, no habían formado parte de una muestra tan importante como Nombres nuevos. El esfuerzo del MAMBO fue fundamental para el crecimiento de la carrera de estos artistas, pues no solo se les brindó el espacio de exposición, sino que sus obras fueron juiciosamente estudiadas y teorizadas, lo que evitó que se pensara en ellas de forma superficial. En palabras de Serrano:
“Los logros y la orientación de cada una de estas obras deben medirse cuidadosamente. Y para hacerlo con alguna objetividad hay que tener en cuenta la incipiente trayectoria de sus realizadores. Para profundizar sobre los argumentos de esta exposición, sin embargo, no es suficiente la comprobación de augurios promisorios. El Museo de Arte Moderno nos propone que decidamos nosotros mismos si hay o no un cambio en el concepto ‘arte’ de las nuevas generaciones de Colombia; que establezcamos si se han producido en nuestra Sociedad las alteraciones que son requisito indispensable para virajes estilísticos…y que decidamos si obras válidas pueden darse con los cambios individuales, voluntarios, dentro del marco de lenguajes ya establecidos y clasificados.”
Uno de los artistas partícipes de la exposición fue Ever Astudillo, de quien encontramos más material dentro del archivo del Museo, lo que nos permite rastrear en qué otros espacios expuso años después, probablemente debido a su primer reconocimiento por el MAMBO.
Postal de exposición de Astudillo en el Museo de la Tertulia, 7 años después.
Salón Atenas
El Salón Atenas fue un evento de carácter anual inaugurado en 1975 que contó con nueve 9 ediciones. Los salones incluyeron artistas del territorio nacional, quienes fueron invitados a presentar su obra reciente dentro del Museo [5]. Así, nuevas temáticas para el momento como el género, lo ecologista y obras de carácter político se inscribieron en la historia del MAMBO.
El uso de nuevos soportes era bienvenido, así como la experimentación de nuevos conceptos, y entonces el Salón Atenas se volvió en un espacio crucial para la consolidación del arte contemporáneo en el país.
Vista a la exposición del III Salón Atenas (1978). Oscar Monsalve.
El Salón fue un espacio inmensamente innovador, no solo por la inclusión de nuevos nombres, sino por la inclusión de nuevos medios artísticos, como la fotografía, el videoarte, la instalación y la performance.
Fotógrafos como Luz Helena Castro, Camilo Lleras, Omaira Abadía, Oscar Monsalve y Tina Samper demostraron la capacidad artística del medio fotográfico. Geo Ripley, Sara Mediano, Rodrigo Castaño y Patricia Restrepo mostraron sus obras de videoarte. Natalia Rivera, Miguel Ángel Rojas, Alicia Barney y Alberto del castillo se tomaron el Museo mediante sus proyectos de instalación. Y Rosa Navarro y María Evelia Marmolejo expusieron el registro de algunas acciones performáticas.
Maria Evelia Marmolejo ejecutando su primera acción performática Anónimo 1 (1981) ejecutada en la plazoleta del Centro Administrativo Municipal de Cali. Marmolejo vestida con una túnica instaló una línea de papel blanco y tras hacer cortes bajo los dedos de sus pies caminó sobre el papel, dejando huellas de sangre impresas en el camino. Re-fotografía de Oscar Monsalve, la original es de Fabio Arango.
Así, es importante reconocer la importancia de ambos espacios expositivos: por un lado la de diversificación de los nombres incluidos dentro del Museo en Nombres nuevos en el arte de Colombia (1972), y por el otro el primer certamen con curaduría en el país que ha sido considerado como uno de los antecedentes de la Bienal de arte de Bogotá, el Salón Atenas (1973-1984).
Vista a la exposición del VII Salón de Atenas (1982), es evidente el interés por nuevos medios de expresión como la instalación y la gráfica.
[1] Franco, Ana María. “Presentación” en Historia abierta del arte colombiano, (Bogotá: Instituto colombiano de cultura, 2016), 10.
[2] BADAC. “Marta Traba 4 veces”, consultado el 16 de septiembre de 2023, https://badac.uniandes.edu.co/martatraba/.
[3] Serrano, Eduardo. “¿Qué es el arte nuevo? en Nombres nuevos en el arte de Colombia, (Bogotá: Museo de arte moderno de Bogotá, 2003), 4.
[4] Ibid, 5.
[5] Zea, Gloria. “Presentación” en Los salones atenas en la colección del Museo de arte moderno de Bogotá, (Bogotá: Museo de arte moderno de Bogotá, 2003), 8.
Futuros digitales y prácticas en museos es un proyecto de investigación liderado por Susana Vargas-Mejía, con el apoyo de New Frontiers in Research Fund del Gobierno de Canadá [Sinner PI, Zaelzer Co-PI, Vargas-Mejía Co-I, Osler Co-I y ElSheikh Co-I, NFRF-2022-00245].