El sentido como elemento rector en la creación y uso de las tecnologías humanas, tradicionales y naturales

por | Dic 11, 2024

Este artículo tiene como propósito hilar y conectar las diferentes perspectivas, opiniones y argumentos presentados en las relatorías de los conversatorios Innovación y tradición: El rol de la tecnología en la resiliencia de los pueblos indígenas colombianos y Conectando raíces: Tecnologías modernas y sabiduría ancestral en comunidades indígenas de Colombia. A través de este ejercicio, se busca abrir un nuevo espacio  de discusión desde las perspectivas de los pueblos indígenas, expresadas por las y los ponentes invitados. El análisis abarca desde el significado propio y profundo que los nativos colombianos atribuyen a estas temáticas, hasta el sentido simbiótico producido entre diferentes ciudadanos colombianos que, con sus trabajos y aportes, han caminado de la mano junto a  los pueblos originarios. 

Los seres humanos han buscado alternativas y soluciones para enfrentar los retos de la supervivencia, adaptándose a las realidades de sus entornos, tanto antes como después del sedentarismo. Pueblos de diversas regiones del mundo —occidentales, orientales, africanos y nativos del “Nuevo Mundo”— han desarrollado conocimientos únicos que reflejan sus cosmovisiones y sus conexiones con el ambiente. 

En la Sierra Nevada, los mamos del pueblo Kogui plantean que a cada pueblo se le encomendó una habilidad para mantener el sentido del mundo: al pueblo blanco, se le dió el número; al pueblo negro, la música y la comunicación vibracional con los mundos; y a los indígenas, el sabor amargo. ¿El sabor amargo? Más allá de lo literal, este concepto se refiere a los conocimientos y habilidades que se producen a partir del contacto entre el cuerpo humano y las plantas medicinales. Sea en mambe, rapé, ambil o en poporo, la medicina genera una compleja red de comunicación sensorial que permite transmutar desde la transpiración y el sonido, ecualizando los sentidos con el entorno que lo rodea. Es de allí que los pueblos hablan de la necesidad de “armonizar” o estar “armonizado”, es decir, estar en la misma frecuencia sensorial del entorno vivo, del árbol, el río, el aire y todo ser vivo. Esta visión se fundamenta en, la ley de origen, una base espiritual que guía la existencia de los pueblos indígenas Según esta ley, el ser humano no es un ente separado, sino una pieza fundamental de un engranaje mayor,  un sistema con un sentido y propósito que no busca ser descifrado ni conquistado.  Así, las  técnicas y herramientas que desarrollan estos pueblos no solo responden a necesidades humanas,  sino que se  condicionan  al entendimiento e  interpretación de lo vivo. Esta perspectiva asegura  el correcto funcionamiento del mundo, de la ley natural y el  sentido de la vida. 

TECNOLOGÍA: ¿Desde dónde y para qué?. 

Según la Real Academia de la Lengua Española – RAE -, la tecnología se define como el  “conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico”1 Desde esta perspectiva, en el marco del pensamiento occidental,  la tecnología se ha concebido como una herramienta creada exclusivamente por el ser humano para su beneficio, sin considerar el impacto drástico en su entorno natural.  

Solo hasta hace unos siglos, hemos comenzado a desarrollar alternativas tecnológicas más  “amigables” con los ecosistemas. Sin embargo, el avance actual sigue siendo insuficiente frente al creciente impacto de los gases de efecto invernadero (GEI) y otros factores ambientales.  Este panorama nos obliga a reconocer que la tecnología cumple un propósito específico en un contexto determinado, y su debate no debe centrarse en términos morales o éticos de lo “bueno” o lo “malo”. Más bien, su justificación radica en la capacidad de optimizar o maximizar resultados en un campo específico. 

El problema no radica en la existencia de la tecnología, sino en el pensamiento que la origina. Es la visión detrás de su creación la que puede limitar o enriquecer su función, es por esto que quienes la desarrollan deben tener en cuenta   Las tecnologías del mundo occidental sólo han sido diseñadas para generar comodidades y guerras que garanticen entre sus naciones el dominio y la conquista alimentada desde su sistema de capital que limita la vida a producir y consumir. De ahí que herramientas tan maravillosas como los celulares, que permiten conectarnos sin importar la distancia, sean uno de los primeros desestabilizadores de la comunicación instantánea y momentánea in situ. La tecnología es entonces, un objeto que mal aplicado genera deterioro y si su uso y riesgos no tienen en cuenta su entorno, es un elemento vacío efímero que en vez de generar progreso, puede generar y atraer nuevas enfermedades, como es el caso del nuevo concepto de “Nomofobia” o el miedo irracional a estar sin el teléfono móvil. 

La tecnología en un sentido tradicional: 

Cómo entendemos, la tecnología fuera del juicio moral corresponde a una respuesta de un pensamiento, idea o teoría epistémica que moldea y condiciona la realidad. De ahí, que las tecnologías se consideran presentes en todas las etapas históricas de la “Civilización” globalizada de occidente. 

Para el caso tradicional, las tecnologías sí aunque bien en algunos casos son generadas y constituidas para un fin humano, no son separadas de un enfoque integral, pues sigue haciendo parte de un todo, ya que viene de diferentes actores vivos que permiten darle esa utilidad y valor agregado. Desde su base de creación, sea madera, sea metal, sea mineral, sea elemental. Como viene de un origen de vida el cual está conectado al todo de la existencia misma (porque sale de la tierra), debe un respeto y un sentido que permita y garantice esa existencia. Por ejemplo si es una tecnología de pesca, aunque su función sea de caza, su uso parte de unas leyes no escritas de continuidad del ciclo de vida, al no ser usada en peces muy pequeños o en situaciones que alteren el orden natural de existencia. Esto, partiendo nuevamente de la prioridad del fin y el sentido por encima de la justificación. Es pues, en tradición, el uso de la tecnología propia o la reinvención en la forma (Tumbes por choleras para cargar) o en el uso (Apps de Celulares que permiten el registro y monitoreo ambiental de avifauna) de las tecnologías occidentales para entender y garantizar la salvaguarda de la existencia y la vida lo que les da su sentido cosmogónico.

Hasta acá, se afirma la necesidad de enajenar a las tecnologías de debates morales y/o éticos sin tener en cuenta su sentido de existencia y su sentido de pensamiento por parte de quien las usa. Se reevalúa la pérdida de identidad de las tecnologías modernas al recordar el origen natural de los recursos naturales obtenidos para las creaciones tecnológicas desde un sentido de origen en el que podamos reconocer que ese origen aunque sea transformado sigue siendo parte de un todo. Sin embargo, debemos quitar el velo generalista que nos han condicionado desde nuestro sentido occidental de limitar las tecnologías a simples objetos y creaciones materiales humanas o de creer que este último es el único capaz de generar tecnología. Esto, es algo carente de sentido si tenemos en cuenta nuestra existencia misma, sin querer entrar en un debate de nuestro origen como humanos, creo que es necesario enfatizar la perfección de nuestros cuerpos y órganos para el funcionamiento continuo. O de las diferentes técnicas y tácticas desarrolladas por los animales para su supervivencia durante la evoluciòn y la práctica lo que nos permite afirmar que una de las mayores tecnócratas y creadoras es la madre tierra y la existencia misma, pues todo ser vivo brinda diferentes tecnologías que permiten y garantizan su existencia y las de su entorno. O que también, existen tecnologías ancestrales usadas en nuestros territorios y los de otros continentes que tienen su origen exclusivamente natural de la tierra y que su uso permiten otras formas de entendimiento de nuestros planos de realidad. Como el caso del yagé amazónico o las demás medicinas propias. Como es el uso específico generado por diferentes técnicas y tratamientos generados para su interacción con el ser humano permite constituir cosmogonías y epistemologías que abarcan un sistema de pensamiento y de realidad. El uso de las plantas medicinales los podemos condicionar y manifestar como Tecnologías Naturales 

Por último, resaltar la necesidad de replantear la creación de las tecnologías: 

¿Para qué encaminamos las futuras herramientas de creación? ¿Para mantener las prácticas y estilos de vida actuales que nos tienen en crisis? ó ¿Para enfatizar y fortalecer las formas naturales de mitigación e impacto con las que cuenta ya de por sí la propia tierra?, recordemos que el único fin del mundo es el de la realidad y la especie humana, así nos extingamos, ella, la madre, la tierra, seguirá tranquila recuperándose hasta que se repita el ciclo evolutivo y pueda nuevamente generar las microbióticas formas de vida y nuevamente nutrir el origen. Las tecnologías desarrolladas actualmente en su mayoría cubren, como mencioné anteriormente, unas funciones de conquista entre humanos o de humano/entorno. Hasta que no logremos vernos como un actor mínimo de una serie en cadena de pensamientos y acciones que individuales afectan al todo como existencia, no podremos madurar nuestro sentido de existencia. 

Oscar Alejandro Crespo Salamanca 
Comunero 
Autoridad tradicional para la Juventud 2025 – 2026 
Cabildo Indígena Muysca de Suba 

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