Con una carrera que abarca más de 50 años, Miguel Ángel Rojas (Colombia, 1946) es pionero en la experimentación de las artes visuales en Colombia. Su trabajo siempre ha abordado de manera provocativa temáticas relacionadas con la identidad, el género y la política, enfocándose en sujetos excluidos y minorías, como la población LGBTI+ o las comunidades indígenas.

 

Regreso a la Maloca indaga los efectos de la dominación colonial en las civilizaciones indígenas de la Amazonía colombiana y sus consecuencias en el presente; comunidades afectadas profundamente por el conflicto armado, el tráfico de drogas, el abandono estatal, el desplazamiento y la explotación de recursos ambientales.

 

Tres nuevas obras comisionadas especialmente para esta exposición se presentan junto a otras que Rojas ha elaborado durante los últimos 25 años. Por primera vez en su carrera, algunas piezas están acompañadas de materiales de trabajo que revelan los procesos detrás de su producción artística.

 

En Yari Yaguará. Regreso a la Maloca, 2021, Rojas hace referencia al territorio en donde la comunidad indígena Pijao fue reubicada por el gobierno nacional en la década de los sesenta, trasladándolos desde su tierra nativa en el Tolima, ubicada en los Andes colombianos, hacia la Amazonía, y posteriormente desplazados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - FARC en el año 2004.

 

Territorio de poder, 2021, está inspirada en el piso neoclásico de La Sala Nacional de las Estatuas del Capitolio de Estados Unidos en Washington D.C., que fue asaltado recientemente. El piso es un elemento recurrente en el lenguaje plástico de Rojas. Grano, 1980, fue el primero que realizó el artista en el MAMBO, reconstruyendo el patrón de los azulejos que tenía la casa donde creció, como homenaje a sus orígenes mestizos.

 

En Economía salvaje y El nuevo dorado, 2018, Rojas utiliza hojas de coca y capas de arcilla picada sobre laminilla de oro para referenciar el impacto que tiene la deforestación de la tierra en el cambio climático. ‘El nuevo dorado’ son los recursos naturales del mundo: el aire, la tierra y la selva; los pulmones del planeta.

 

Desde mediados de los noventa, Rojas introduce en su trabajo artístico recortes de billetes de dólar y hojas de coca. Inicialmente exploró historias de la vida indígena en Colombia (Sueños Raspachines, 2007-2021) y desde entonces ha utilizado los mismos materiales para reflexionar acerca de la producción, el tráfico y el consumo de cocaína en el llamado ‘primer mundo’, como en la serie Nupcias (2021), en la que yuxtapone el nombre de un consumidor de cocaína —principalmente de actores, cantantes o políticos— con el apodo de su expendedor.

 

Eugenio Viola

Curador Jefe

MAMBO

BIOGRAFÍA

 

Miguel Ángel Rojas es uno de los artistas más influyentes en el arte colombiano. Pionero en el uso de la fotografía como medio artístico desde 1970, la práctica artística de Rojas reflexiona en temas como la identidad, la política, la marginalidad, el género, la sexualidad, el desplazamiento, la violencia, la guerra, el extractivismo, el narcotráfico y la producción y consumo de drogas. Utiliza materiales que adquieren valor simbólico e histórico como hojas de coca, oro y tierra.

 

Miguel Ángel Rojas (1946, Bogotá). Su trabajo parte de la exploración del mundo real. Con sentido crítico cuestiona la moral prevaleciente y el estatus quo. Entiende los procesos en la construcción de la obra como la esencia misma de ella. Conceptos como estilo y destreza técnica son para él secundarios, en su obra es importante el sentido y la comunicación, por lo tanto incursiona en diversos medios que considera herramientas pero no fines.

 

Su obra se ha expuesto en diferentes eventos internacionales como XI Bienal Internacional de Grabado, Tokio, Japón (1979), XVI Bienal de Sao Paulo, Sao Paulo, Brasil (1981), Latin American Artists Of The Twentieth Century, Museum of Modern Art, New York, U.S.A. (1993), V Bienal de La Habana, Museo de Bellas Artes, La Habana, Cuba (1994), Re-Aligning Visión, Museo del Barrio, New York, U.S.A. (1997), The American Effect, Whitney Museum of American Art, New York, U.S.A, Colombia 2003, Museo de Arte Moderno Mamba, Buenos Aires, Argentina (2003), Cantos, Cuentos Colombianos, Daros-Latinoamérica, Zurich, Suiza (2004), Apertura Colombia. Station Museum – Foto Fest. 2008, Houston, Texas (2008), For you/Parausted. Exposición de videos de la colección Daros Latinoamérica. Zurich, CH(2009). 12Th Shanghai Biennale, Progress, Power Station of Art ( PSA), Shanghai, China (PRC), 2018.

 

El trabajo de Rojas hace parte de importantes colecciones institucionales y privadas como Daros Latinoamérica-Zurich, Banco de la República–Bogotá, Musac-Castilla y León, La Caixa–Barcelona, Twenty 21c Museum Foundation–Kentucky, the Museum of Fine Arts, Houston; Museum of Modern Art, New York; Tate Modern, London, entre otros.

FICHAS EXTENDIDAS

Miguel Ángel Rojas

Regreso a la Maloca (Yari Yaguara), 2021

Instalación con tierras provenientes de un resguardo Pijao. Maquetas de material vegetal y arcilla

Colaboración con Laura Castellanos y Tatiana Castellanos

Obra comisionada para esta exposición

 

 

Yari Yaguará es un territorio indígena ubicado en el departamento del Caquetá que limita con el río Yarí. Durante la década de los sesenta, parte de la comunidad indígena Pijao asentada en el Tolima formó parte de un programa gubernamental en el que los movilizaron hacia los Llanos del Yarí.

 

Los Pijao huían de la violencia bipartidista que había hostigado a Colombia desde la década de 1940 y del despojo de gran parte de sus tierras. Desde los Andes llegaron al Amazonas sin saber cazar ni navegar. Reubicados, los Pijao reconstruyeron sus vidas allí y lograron sobrevivir. En 2004 una gran parte de la comunidad fue desplazada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - FARC.  Hoy en día, la población vive dispersa por Colombia. La deforestación en estos territorios aumentó considerablemente después de que fueron desplazados. Recientemente, los indígenas manifestaron su deseo de regresar voluntariamente a la zona, y el Estado aún no ha brindado las garantías de seguridad y dignidad necesarias para que esto se realice. En la instalación, sobre tierra, se encuentra una maloca, la casa comunal indígena amazónica, junto a una iglesia doctrinera, que refiere a el lugar en el que se inició el proceso de aculturación. Las dos construcciones simbolizan la convivencia, y en ocasiones la colisión, entre dos civilizaciones distintas, la original y la que vino después a colonizar.

Miguel Ángel Rojas

Aquí estamos, 2021

Icopor tallado y pigmentos

Obra comisionada para esta exposición

Es una piedra monumental que se asemeja a una formación rocosa localizada en la región de la Amazonía colombiana, en donde recientemente se descubrieron frescos rupestres del período neolítico. La pieza fue concebida para ser intervenida con dibujos en una acción colaborativa con niños y niñas que hacen parte de la comunidad indígena Muisca asentada en Sesquilé. Llamada como “la Capilla Sixtina de los ancestros”, los arqueólogos han encontrado decenas de miles de pinturas de figuras animales, humanas y abstractas. Se estima que estos frescos fueron creados hace  aproximadamente 12.000 años en esta formación pétrea que se extiende a lo largo de casi ocho millas. Esta es una de las colecciones de arte rupestre más grandes del mundo nunca antes descubierta en la selva amazónica.

 

Los Muiscas son una comunidad indígena amerindia que ha habitado la región cundiboyacense desde el siglo sexto d.C., y una pequeña parte de sus descendientes viven actualmente organizados en forma de consejos indígenas en algunas localidades de Bogotá como Suba, Bosa, Usme, Fontibón y Engativá, así como en municipios aledaños a la capital como Chía, Cota, Mosquera y Sesquilé. Una gran parte de la población actual que habita la Cordillera Oriental de Colombia es el resultado del mestizaje entre los muiscas y otros pueblos, principalmente españoles.

 

“Yo soy mestizo, casi indio. Me interesa esa diferencia y asumirla como un valor que tengo, y a partir de ello, con mi obra, hacer un labor de apreciación de una raza con muchas posibilidades y muy sometida”, declara el artista.

Miguel Ángel Rojas

Zona de poder, 2021

Arena de mármol y carbón sobre piso. Hojilla de oro sobre volúmenes de yeso

Obra comisionada para esta exposición

 

 

Esta obra está inspirada en el piso neoclásico de la Sala Nacional de las Estatuas del Capitolio de Estados Unidos en Washington D.C., que fue asaltado recientemente; un lugar en el que se cuestionaron violentamente los principios vinculados a la democracia.

Sobre el piso se encuentran varios objetos bañados en oro.

 

“Esta pieza hace énfasis en el robo y la destrucción de piezas de orfebrería patrimoniales fundidas para ser llevadas a España. Los lingotes son copias de aquellos rescatados de naufragios en el mar Caribe como el Galeón San José, hundido frente a la ciudad de Cartagena. A ellos añadí nombres de las diez culturas prehispánicas más importantes del territorio colombiano, de ellas quedan algunas piezas de maravillosa orfebrería en el Museo del Oro de Bogotá. Es penoso que la minería de oro en nuestro país se haya hecho en su mayor parte, hasta bien entrado el siglo XX (años treinta) con saqueo de tumbas indígenas”, declara el artista.

 

El piso es un elemento recurrente dentro del lenguaje plástico de Rojas. Grano, 1980, fue el primer piso que realizó el artista en el MAMBO, reconstruyendo el patrón de los azulejos que tenía la casa donde creció, usando pigmentos minerales como homenaje a sus orígenes mestizos.

Miguel Ángel Rojas

Restitución, 2009

Impresión digital sobre papel de algodón

Cortesía del artista

 

 

“En los años setenta frecuentemente llegaban a Bogotá guaqueros con objetos arqueológicos a casas de coleccionistas; en aquellos días la nación no tenía políticas claras sobre patrimonio. Algunos de estos guaqueros fueron los primeros en llegar a la Ciudad Perdida, Buritaca y Teyuna. De este sitio traían piezas en cerámica, piedra y oro. Así, desde 1975 tenía en mi posesión una Tembetá Tayrona* en oro. En el 2009, a raíz de una visita exploratoria a la Sierra Nevada, decidí hacer entrega a la nación de aquella pieza.  Llevé la pieza a su lugar de origen, hice entrega simbólica de ella en manos de un descendiente de aquellos Tayronas, Simón, un niño Kogui. Me sorprendió la total extrañeza de ese objeto para aquella comunidad. La idea desde un principio fue entregar la pieza a la nación y en lo posible que permaneciera en la colección del Museo del Oro. El 25 de Noviembre de 2009, en presencia del abogado Mauricio Gómez, entregué al Instituto de Antropología e Historia INCANH dicha pieza. Pedí al Instituto que iniciara el proceso de restitución oficial al Museo del Oro”, declara el artista.

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*  Tembetá (ornamento para barbilla) con cabeza zoomorfa (ca. 1090-1400 d.C.), perteneciente a la cultura Tayrona.

Miguel Ángel Rojas

Parceros, 2007-2008

Semillas amazónicas (Lupinos Mutabilis Sweet) sobre caucho y aluminio

Cortesía del artista

 

 

“Parcero” es un neologismo popular colombiano sinónimo de compañero. En este  ensamblaje, la imagen y los materiales hacen referencia tanto al pensamiento popular, en donde el tigre es un emblema de astucia y sagacidad, como a factores étnicos y a la vida urbana. Las semillas amazónicas expresan las raíces indígenas y el caucho referencia a la industria y a lo urbano. “El origen de esta obra es la fuerte impresión que me causó ver la localidad de Ciudad Bolívar desde los cerros orientales, donde pude apreciar la tremenda escala de esta zona inhóspita del sur de Bogotá como un gran desierto  tapizado de viviendas terrosas”, declara el artista. En este díptico, dos cabezas felinas idénticas están enfrentadas, sus gestos agresivos se remiten a la difícil convivencia que llevan los barrios más pobres de Bogotá. Por primera vez, Parceros se expone junto a cuatro dibujos preparatorios que el artista ha usado para llegar a la realización de la pieza después de muchas correcciones.

Miguel Ángel Rojas

Sueños Raspachines, 2007-2021

Dibujo perforado en papel de hoja de coca hecho a mano

Cortesía del artista

 

 

La serie Sueños Raspachines habla de la única solución posible para reemplazar los monocultivos de coca y amapola: mejorar de las condiciones de vida de los campesinos. Siendo el narcotráfico el segundo negocio más productivo en el mundo después del petróleo, es paradójico que los pequeños cultivadores de coca (las comunidades campesinas e indígenas) sean las menos retribuidas. El “raspachín”, que es quien cosecha y recolecta las hojas de coca, es el trabajador primario de toda una cadena de producción.

 

“Hice traducir algunos términos como tierra, alimento, salud, educación y paz a la lengua de la comunidad Nasa del sur de Colombia. Ellos me informaron que no existían palabras de traducción literal al Nasa, que más bien eran conceptos complejos. Por ejemplo, ‘vivienda’ se traduce como ‘sin frío permanente’. Tomé esas traducciones escritas de su puño y letra y las transcribí al papel hecho a mano. En el borde inferior del papel escribí la traducción en español”, declara el artista.

 

Alimento:  Hasta el corazón felicidad

Vivienda:  Sin frío permanente

Educación:  Formación identidad

Salud:  Sin tristeza

Trabajo:  Trabajo poner corazón

Paz:   Entre humanos unidos continuamente

Tierra:  Tierra protectora a nosotros

 

Esta nueva serie, hecha en papel de hoja de coca, fue especialmente realizada para  esta exposición.

Miguel Ángel Rojas

El nuevo dorado, 2018

Economía salvaje, 2018

Hoja de coca en polvo, base serigráfica neutra, arcilla, pigmentos minerales, hojilla de oro y de plata sobre papel de fibra sobre foam board

Cortesía del artista

 

 

En el marco de la 12va. Bienal de Shanghái, Rojas presentó las obras El nuevo el Dorado y Economía Salvaje, y esta es la primera vez que se exhiben en Colombia. La obra consiste en dos fotografías satelitales intervenidas y transformadas en mural. El ‘nuevo Dorado’ son los recursos naturales del mundo: el aire, el agua, y la selva.

 

Aludiendo a la ley forestal sancionada en 2012 por el gobierno brasileño que permite la tala de cuatrocientas hectáreas de selva amazónica por individuo, Rojas pone sobre la mesa una cuestión crítica para el planeta entero:  la destrucción indiscriminada y la consecuente desaparición de la Amazonía. Con la posesión de Jair Bolsonaro como presidente de Brasil y su política económica centrada en la explotación de las tierras hasta hace muy poco protegidas, (Bolsonaro firmó un decreto que otorga al Ministerio de Agricultura el poder de delimitar las reservas indígenas), la obra de Rojas se resignifica aún más.

 

“La Amazonía, además de ser el pulmón de la Tierra, es el hogar de infinidad de especies y comunidades que habitan en perfecto equilibrio con el medio”, escribe el artista colombiano. “Las tierras robadas a la selva Amazónica son primero sometidas al saqueo de las maderas, para luego cultivar coca o convertirlas en desiertos por la minería de oro”. Situando a los grandes productores agroindustriales, a la minería y al narcotráfico como los principales responsables de la destrucción del territorio latinoamericano, Rojas utiliza mambe (hojas de coca deshidratadas y molidas), hojilla de oro, arcilla tomada de la región tropical sudamericana, y hojilla de plata para intervenir los dos murales construidos en impresiones serigráficas.

 

Asimismo, estas dos obras acusan al sector público como otro responsable de la crisis climática y su rol como garante de una economía sustentable. Rojas explica: “Este vertiginoso desastre escudado por las leyes, no solo sucede en Brasil sino en el resto de países de la cuenca amazónica. Como patrimonio de la humanidad, y con el fin de garantizar el futuro de la vida, el territorio Amazónico debería permanecer intacto”.

Miguel Ángel Rojas

El camino corto. El túnel del tiempo, 2012

Fragmento cerámico Tumaco. Volúmenes en cal maíz mambe. Hiel anima

Cortesía del artista

Un fragmento cerámico de un mambeador (masticador de hoja de coca), perteneciente a la cultura prehispánica Tumaco y de al menos 1.000 años de antigüedad, es la base para hablar del uso de la coca en épocas lejanas en el tiempo. “Empecé construyendo la cabeza a partir del fragmento, luego regué mambe sobre ella y coloqué a su alrededor ocho cabezas contemporáneas modeladas en maíz cubiertas en parte con hiel, sustancia orgánica sinónimo de amargura.”, declara el artista. La hoja de coca es un producto natural utilizado desde hace milenios, diferente de su alcaloide extraído en el laboratorio: la cocaína. En las culturas andinas, la planta de coca se utiliza con fines chamánicos y curativos. El uso tradicional es el mambeo, que consiste en masticarlo y mezclarlo con saliva, normalmente con un propósito y en un contexto ritual específico. Por ejemplo, los nativos de la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia, dicen que mastican coca para “tejer pensamientos”. Otros lo mastican antes de una actividad extenuante, como embarcarse en un viaje, porque les da energía.

Rojas utiliza constantemente materiales cargados de simbolismo —como hojas de coca y billetes de dólar— para referirse metafóricamente a las grandes diferencias culturales que dividen a una sociedad de valores trastocados. A través de estos materiales el artista reflexiona en torno a temáticas relacionadas con el narcotráfico, el consumo de drogas, y la doble moral.

 

En Nupcias, el artista presenta nombres de personajes famosos del mundo de la política o del star-system, todos consumidores de coca, junto al nickname de su dealer. Esta nueva serie, presentada por primera vez en esta exposición, está acompañada de Malos hábitos, Malas leyes, 2009, una animación en la que se van dibujando, en hoja de coca y billetes de dólar, los nombres de los narcotraficantes y de los consumidores.

Miguel Ángel Rojas

Nupcias, 2021

Hoja de coca y billetes de dólar sobre papel de algodón

Cortesía del artista y Casas Riegner

VIDEO

© 2021 Museo de Arte Moderno de Bogotá